8 libertadoras chingonas de América Latina
Si estás pensando en el siglo diecinueve y los movimientos de independencia en América Latina, probablemente hay una imagen estereotípica que se te ocurre
Si estás pensando en el siglo diecinueve y los movimientos de independencia en América Latina, probablemente hay una imagen estereotípica que se te ocurre. Soldados valientes a caballo, políticos en su ropa elaborada y anticuada, y esas pelucas que creo que solo se pueden describir como horrorosas. Tal vez no estás pensando en el papel que tuvieron las mujeres en la lucha para la independencia, pero debes. Estaban tan orgullosas como sus compatriotas masculinos a caballo y a menudo fueron el cerebro bajo cuerda. Estas ocho mujeres son algunas de nuestras favoritas que tuvieron un papel clave como libertadoras latinoamericanas.
Manuela Saenz
Si no fuera por esta libertadora, puede que Simón Bolívar nunca se convirtiera en El Libertador. Por impedir un atentado contra él y servir de su consejera confiada, ella fue una figura tan crucial en la lucha para la independencia para Gran Colombia como él. Después de su muerte en 1856, ella fue enterrada en una fosa común, pero más recientemente ha sido honrada como una heroína verdadera. Recibió un entierro oficial en 2010, su imagen es un símbolo de la importancia de las mujeres en la historia suramericana, y se le ha dedicado un museo en Quito.wp_*posts
María Leopoldina
Esposa del primer Emperador de Brasil, Pedro de Braganza, María Leopoldina hizo un papel más grande que su esposo para liberar el país del imperio portugués. Solo fue después de que María escribió una carta con demandas a Lisboa en 1822 que el Emperador Pedro declaró la independencia en Brasil. Y no tuvo miedo de hacer frente a la infidelidad de Pedro tampoco—cuando él pidió que ella le acompañara a una recepción militar en Uruguay con su amante, ella no vaciló en rehusar su demanda.wp_*posts
Luisa Cáceres de Arismendi
Una patriota venezolana verdadera, Luisa Cáceres siguió creyendo fuertemente en sus ideales y la independencia para su patria. Su familia luchó al lado de Simón Bolívar, y aunque fue secuestrada por las fuerzas españolas, ella rehusó a prometer su lealtad a la corona española o denunciar su participación el movimiento venezolano para la independencia. Fue la primera mujer que fue enterrada en el Panteón Nacional en Venezuela, hay una universidad en Caracas que fue dedicada a su legado, y se exhibe en el billete de 20 bolívares en la nueva moneda venezolana. Mientras tanto, todavía estamos esperando un rostro femenino en la moneda estadounidense.wp_*posts
Salomé Ureña de Henríquez
Una de nuestras feministas dominicanas favoritas, Salomé fue crucial en la creación de una identidad dominicana nacional con su poesía descriptiva del paisaje del país. Una erudita y educadora, no solo abrió las primeras escuelas para mujeres en la Republica Dominicana, sino también fue el cerebro de algunas de las políticas de su esposo.wp_*posts
Juana Azurduy de Padilla
Esta libertadora fue una de las más chingonas. Aunque de joven se unió a un convento, fue expulsada a los 17 años—le quedó mejor ser revolucionara. Como mestiza, ella habló quechua y aimara además de español, con un compromiso a asegurar la inclusión de las poblaciones indígenas en el futuro de América Latina. Sus estrategias guerrillas y enfoque en el papel de mujeres en el ejército garantizaron la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata (regiones de los países actuales de Bolivia, Brasil, Argentina, y Uruguay). Aunque no había un gran enfoque en su legado al principio, los líderes hoy en día están recuperando el tiempo perdido. En Buenos Aires, una estatua de ella ha reemplazado la de Cristóbal Colon. La provincia Azurduy en Bolivia también lleva su nombre.wp_*posts
María Dolores Bedoya
Una partidaria vocal del movimiento independista en América Central, esta mujer guatemalteca fue una libertadora devota. Aunque arriesgó llevar la deshonra a su familia como una mujer con ideas radicales involucrada en la política, así es cómo hizo su marca en #herstory. Los desfiles en el Día de Independencia en los países de América Central todavía celebran el legado de Bedoya con faroles—honrando la manera de que organizó el pueblo en la víspera del 14 de septiembre justo antes de la declaración de independencia en la Ciudad de Guatemala el 15 de septiembre de 1821.wp_*posts
Bartolina Sisa
Nacida en 1750, la más vieja y tal vez más chingona mujer en nuestra lista es Bartolina Sisa. Aunque no fue parte de los movimientos revolucionarios en el siglo diecinueve, ella había luchado la colonización de los españoles desde su comienzo como una mujer indígena de la tribu aimara. Ella encabezó un ejército de 40,000 en La Paz, Bolivia contra los conquistadores españoles. Para un poco de perspectiva, el ejército de George Washington no incluyó más de 27,000 en su cumbre. Aunque su legado sigue vivo por la celebración del Día Internacional de La Mujer Indígena cada septiembre, tardó hasta 1983—201 años—hasta que fueron reconocidos los logros de Sisa después de su asesinato en 1792.wp_*posts
Policarpa Salavarrieta
También conocida como “La Pola,” esta mujer es la libertadora favorita de Colombia. En 1817, Policarpa se coló en Bogotá (que en esa época fue un baluarte español) del campo con documentos falsificados para involucrarse en la causa revolucionaria. Desconocida en la capital, para La Pola fue fácil ser espía y reclutar fuerzas para el ejército revolucionario. Sin embargo, luego fue capturada por secuestrar soldados del ejército real—y finalmente asesinado. Su legado sigue vivo—“El Día de la Mujer Colombiana” se celebra cada 14 de noviembre en su honra, y su retrato está incluido en el billete de 10,000 pesos.